Un futuro ya presente

Foto: Bruno Todeschini

A pesar de que el título menciona futuro, me gustaría dejar claro que mucho de lo que hablamos sobre futuro ya es presente. Porque el mundo está cambiando con una rapidez sin precedentes. El paso de la revolución industrial a la digital viene ocurriendo en una velocidad exponencialmente mayor que la transición de la revolución agrícola a la industrial. Las próximas dos décadas serán diferentes de todo lo que vivimos en los últimos cien años.

Estamos hablando de una disrupción en varios niveles. Empresas organizacionales actuando de forma menos lineal y jerárquica y más en red. Y una verdadera revolución tecnológica alrededor nuestro. Futuristas dicen que esa disrupción va a acelerar y cambiar completamente el modo como las personas viven en las ciudades, conviven, colaboran, emprenden y aprenden. También afirman que el mundo hoy funciona en una lógica más abierta, de colaboración y, principalmente, de abundancia.

Oímos sobre eso en la PUCRS, en mayo, cuando recibimos en el Tecnopuc el vice presidente de la HP Inc., Doug Warner. El ejecutivo compartió sus visiones sobre el futuro de la tecnología y sobre cómo eso afecta las direcciones estratégicas que los profesionales del área necesitan considerar actualmente. Mucho de lo que se habló no es novedad. Pero algunos puntos me llamaron la atención. Tecnologías disruptivas no siempre son obvias. Y, muchas veces, existen previsiones bastante equivocadas respecto a ellas. Como en el caso de Marity Cooper, inventor del teléfono móvil. Su previsión, en 1981, era que los teléfonos celulares no sustituirían los teléfonos con cable. Sabemos el final de la historia.

El futuro es abundante de potencial y desarrollo, de innovación disruptiva, de tecnología. La economía del siglo 21 es la del conocimiento, del emprendedurismo, de la innovación. Y quienes no logren comprender y acompañar, se quedarán por el camino. Entonces, ¿cómo prepararse para ese mundo? ¿Nuestras profesiones van a desaparecer? ¡Sí! Los robots van a ser considerados una fuerza de trabajo, así como hoy son los funcionarios de empresas. Así de sencillo. Por lo tanto, podemos prever empleos que serán absorbidos por la tecnología, pero no podemos prever qué nuevos empleos surgirán.

Foto: Franck V. /Unsplash

Tenemos sí que entender que la tecnología está haciendo que todas las profesiones, algunas menos y otras más, sean repensadas. Modelo, telefonistas, choferes, asistentes y secretarias (¿conocen la https:// claralabs.com/o la tecnología Google Duplex?). Y por ahí va. Pero la tecnología es medio. Y los empleos que desaparecen traen otros. Sabemos que, para esos nuevos empleos, necesitamos otro tipo de educación. Los makers, el profesor tutor, las metodologías activas, el educar en investigación. Un abordaje más conectado con el mundo actual. Los robots que nos dejan aprehensivos en verdad van a volvernos más humanos, haciéndonos trabajar de forma inteligente, desarrollando todo nuestro potencial intelectual. Entonces la reflexión que debemos hacer no es si un robot nos va a robar la profesión, sino sobre qué oportunidades van a existir en un mundo conectado, no lineal, imprevisible y exponencial. Donde la tecnología estará alrededor nuestro. Pero recuerden que dentro de diez años, o antes, probablemente haremos una nueva discusión sobre los impactos de esa misma tecnología en la actuación profesional de cada uno.

Entonces, ¿qué hacer hoy? Voy a dar una sugerencia: lo primero y más importante es ser exponencial, actualizarse de todo constantemente. Segundo: equivóquese. Equivocarse es aprender y no fracasar. En pocos años todos trabajarán para aprender, en vez de aprender para trabajar. Tercero: creatividad, empatía y coraje están entre las principales habilidades del futuro. Y cuarto: empiece a ver su carrera, su profesión, bajo la perspectiva de otra área. ¿Cómo? ¡Viendo el Derecho bajo la perspectiva de la Inteligencia Artificial; la Psicología bajo la perspectiva de la Ingeniería!¡ Ver la Ciencia de la Computación bajo la perspectiva de la Sociología; la Comunicación bajo la perspectiva de la Administración; la Medicina bajo la perspectiva de la Filosofía! Eso lo viví en el 2016, cuando yo, de la Escuela Politécnica, compartí el escenario de proyecto Fe y Cultura con mi compañero Chico Kern, de la Escuela de Humanidades, para hablar sobre el futuro del trabajo, bajo la perspectiva tecnológica y humana. Innovadora y social. La conclusión a que llegamos es que el mundo es cada vez más diverso, conectado e interdisciplinario. Es de ahí que surgirán las principales oportunidades. Es de ahí que surgirán las futuras profesiones. En un futuro que ya es presente. Buena suerte.